Lausa y su querida hermanita, pequeñas...

Ja! A esa edad yo jugaba a los muñecotes ... todavía. Ah ... ¿¿¿???
Creía en los pricipes azulados, pero el mío tocaba la guitarra y dormía en plazas, vivía toda la semana entre nubes (como ahora) y soñaba con comer perdices.
Me terminé comiendo toda clase de especies pero ninguina perdiz.

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